Nuestros jóvenes expresionistas 2016-2019
En el curso 2016 iniciamos nuestra primera exposición digital dedicada al expresionismo alemán con reproducciones significativas de algunas obras. A la vez que nuestros alumnos de cuarto se afanaban en obtener el tono preciso en un ejercicio de color, tenían la oportunidad de conocer este movimiento de vanguardia, cuyos postulados artísticos siguen vigentes en el siglo XXI.
Entre esas primeras obras destaca Fränzi ante una silla tallada (1910) de Ernst Ludwig Kirchner, seleccionada por Alicia Sola e interpretada con gran sensibilidad y sentido minucioso. Se trata de una obra representativa de este movimiento artístico por el uso de colores complementarios, la supresión de contornos y un aspecto bidimensional e inacabado que deja visible el lienzo (como aquellas tallas africanas debastadas de manera rudimentaria, tan admiradas por Kirchner). Como curiosidad cabe añadir que la obra se reprodujo en la portada del catálogo publicado con motivo del centenario de la fundación de Die Brücke (El puente, primer grupo expresionista), exposición celebrada en el Brücke-Museum de Berlin.
Igualmente hay que destacar Chica en un sofá verde del mismo año, firmada por Max Pechstein, cuya copia ejecutó con gran maestría Andrea Burnar. Sobre esta obra hemos de comentar que pese a los años transcurridos no ha perdido frescura y modernidad. La modelo representada, una joven-anciana de ciento diez años, podría ser cualquier adolescente recostada en el sofá de casa, acompañada de su mascota.
Otra obra muy hermosa de Pechstein es la titulada Día azul o Mujeres bailando (1911), reproducida por Irene Fabre, en la que nuestra alumna emplea pintura acrílica aplicada en valientes empastes. Destaca la audaz relación entre colores fríos y cálidos, con tonalidades vibrantes, incluso agrias. El tema representado de las bañistas se repite con frecuencia en la producción de los expresionistas: desnudos femeninos en un paisaje natural intacto, que reivindica un primitivismo utópico y remite, sin duda, a Gauguin.
La nómina de autores y obras la hemos ampliado en los siguientes cursos para mostrar la gran variedad de temas tratados. Mencionaremos en primer lugar y especialmente Jinete de circo (1914) de Kirchner, representado con un inconfundible alargamiente de influjo gótico, que presenta un tema recurrente: el mundo del espectáculo y particularmente el del circo, tratado también por otros artistas ajenos al movimiento como Seurat o Picasso. De gran interés es la aproximación realizada por Emanuela Sas, que diluye la témpera y obtiene calidades luminosas y transparentes cercanas a la acuarela. Buen distinto es el trabajo de Bryan Arias, donde aplica pinceladas densas y poco fluidas con las que logra contornos irregulares, además de sutiles efectos de sombreado y texturas granulosas.
También requieren nuestra atención los paisajes naturales de Emil Nolde, de filiación romántica, copiados por Lorna Devia o Alexandra Hususan, así como de otros maestros expresionistas a los que se han acercado Andrés Villoria, Carlota Lasaosa, Cristian Viezure, Tracy Pérez o Marta García, entre otros. Dichas obras contrastan con los escenarios urbanos reproducidos con gran acierto por Andrés Villoria de nuevo, Sadou Mballo, Iratxe Esteban, Elena Guimerá o Ana Isabel Roy, que se atrevió con la Sombrerería (1914) de August Macke.
De nuevo este artista mereció el cuidado trabajo de Diana Stoian (pintora de extensa y sensible paleta) y Lorna Devia, en este caso plasmando un desnudo que se aparta de estilizamientos, lineas quebradas o alusiones al arte africano, bien distinto de la obra elegida por María Luisa Olivera, Después del baño (1912) de Karl Schmidt-Rottluff, donde resulta evidente la fascinación que el artista sentía por las esculturas del Museo de Antropología de Dresde.
El bodegón también está presente de la mano de Jenissi Rodrigues, Souhayla Lakhloufi y David Cebollada, quienes reproducen motivos de Schmidt-Rottluff. Por último, destacamos los animales de Franz Marc del gusto de Nestor Aso, Damián Regueiro o Ricardo Miguel.
La muestra ampliada que inauguramos ahora coincide con la exposición dedicada al expresionismo del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, que conmemora el centenario del nacimiento del baron, uno de los más acreditados coleccionistas del siglo XX, quien amplió la colección heredada de su padre con obras de los principales movimientos artísticos del siglo XX, entre los que el expresionismo ocuparía un lugar primordial.
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