“―Allá lejos, pasado el pinar ―respondió él en voz baja y soñadora―, hay un jardincito. La hierba crece en él alta y espesa; allí pueden verse las grandes estrellas blancas de la cicuta, allí el ruiseñor canta toda la noche. Canta toda la noche, y la luna de cristal helado deja caer su mirada y el tejo extiende sus brazos de gigante sobre los durmientes.”

El compromiso de promover la lectura desde el Departamento de Dibujo viene ya de lejos y se remonta al Primer maratón del cuento aragonés, promovido por nuestra compañera y bibliotecaria emérita Leonor de Guillén, para el que debíamos diseñar un cartel, siempre precedido de algunas lecturas inspiradoras de la imagen.

Esta experiencia tan grata, galardonada en dos ocasiones y que se prolongó durante algunos cursos hasta su desaparición, supuso el inicio de varios trabajos de ilustración de textos cortos.

Entre los cuentos seleccionados sentimos especial predilección por El fantasma de Canterville del escritor británico-irlandés Oscar Wilde por varios motivos: el género gótico (narrativa aparentemente terrorífica) que siempre atrae a nuestros alumnos, el tono desenfadado (el desdén materialista de la familia Otis hacia las interpretaciones y exageraciones dramáticas del fantasma), el lirismo que impregna la narración (memorable resulta la descripción del cementerio familiar por parte del fantasma), el enternecedor vínculo de los personajes principales, Virginia y sir Simón, así como el final inesperado y abierto, propio de un genio literario, que inviste de humor los últimos acontecimientos y el desenlace más convencional.

Queda manifestar nuestro agradecimiento por su implicación, singular en ocasiones, dotada de cierta pericia y siempre de encanto, a Cristina Baciu, Malena Esteban, Claudia Gabás, Marina Magallón, María García, Diana Gracia, Elena Haro, Somaya Jabalí, Iris Julián, Tracy Pérez, Raul Podaru, Ana Roy, Raquel Valej, Andrés Villoria y Ángela Yang, entre otros alumnos.

Exposición fotográfica

Con la nueva exposición pretendemos rescatar un material gráfico arrinconado, tan selecto como la mejor obra grabada y muy abundante en el pasado, cuando los juguetes (entre ellos las muñecas) eran escasos y no existían los entretenimientos digitales. Se trata de recortables de muñecas que en palabras de Rafael Castillejo (Recuerdos compartidos. Memorias de un niño nacido en los cincuenta, 2019) supusieron para muchas niñas su primera “academia” de corte y confección. Pensemos que en décadas pasadas no había muchas oportunidades laborables dignas para las mujeres. Estos recortables se podían adquirir en cualquier kiosco por un precio módico, junto al precioso lote de construcciones de edificios, barcos, aviones o soldados de diversas épocas y países (estos últimos dirigidos a un público masculino).

Acceso exposición

Nuestra fascinación por Sonia Delaunay (1885– 1979) viene ya de lejos en su faceta de pintora y diseñadora, especialmente de moda y textiles. Encuadrada en el orfismo (término acuñado por el poeta Guillaume Apollinaire para definir la abstracción lírica), su obra se caracteriza por el uso de formas geométricas muy dinámicas (abundan las circunferencias tangentes) y la predilección por colores brillantes y contrastados. El éxito y reconocimiento que tuvo desde muy joven culmina en 1964 con una exposición en el Musée du Louvre, siendo la primera mujer en recibir tal honor.

Los diseños de nuestras alumnas y alumnos quedan precedidos de una labor de búsqueda y recopilación de la multidisciplinar práctica artística de la pintora y diseñadora (el ordenador del aula de Dibujo ha sido prestado en numerosas ocasiones con tal propósito). Destaca la variedad de diseños, la extraordinaria calidad de algunos trabajos y, no menos importante, la intensa y tenaz superación, deseosa de reconocimiento y halago. El soporte tridimensional empleado lo hemos tomado de Gérad Lo Monaco, artista francés de reputada trayectoria en el arte del pop-up que ha dedicado un libro a recrear la hermosa producción de Sonia Delaunay, una joyita bibliográfica muy recomendable.

Un año más hemos recibido la visita del ilustrador Francisco Meléndez, quien ha propuesto un trabajo de caligrafía a nuestros alumnos de Secundaria y Bachillerato con el fin de incluir su labor en una publicación colectiva, dentro del Plan de Fomento de la Lectura (Ministerio de Cultura y Deporte).

La actividad queda precedida de una exposición de los libros que ha ilustrado y atesora la Biblioteca Félix Romeo de nuestro centro, así como de bocetos de Kikufo Yep-yep Nami-gú (Ikusager, 1992), un divertido y ocurrente manual de antropología, y primeras ilustraciones de Los diarios de Adán y Eva de Mark Twain (Libros del zorro rojo, 2010). En esta última joya bibliográfica, los personajes se integran en láminas de Ciencias Naturales antiguas, fondos que fueron descartados por los editores con acertado criterio para destacar la original representación del dibujo y la pericia del trazo.

La muestra, además de difundir la obra de Meléndez entre nuestro alumnado, sirve de reconocimiento a una larga colaboración entre la asociación educativa ‘Âl-May’Ârî-Valmadrid, a la que nuestro ilustrador dedica su talento y tiempo, y el Departamento de Dibujo. Los proyectos en los que hemos participado son los siguientes:

(1) 'La nieta de Dracula' entre 2007 y 2009. Para fabricar el periódico escolar homónimo y la revista 'Misterios de chicas'. De ambas actividades se presentaron sendas exposiciones murales en el instituto.

(2) ' Marciano en España' entre 2008 y 2016, cuyos materiales sirvieron para editar las lecciones audiovisuales 'Supein no kaseijin' (Marciano en España): para estudiantes universitarios japoneses que cursan la asignatura de Lengua Española en las facultades de Kyoto, Ryukoku, Doshisha, en cooperación con la Dra. Urara HIRAI.

(3) 'La Filis' entre 2009 y 2011. Un homenaje al funcionario, erudito, dramaturgo y poeta aragonés Lupercio Leonardo de Argensola en su centenario. Se publicaron tres actos audiovisuales de esta tragedia tardo-renacentista. También contó con una exposición en nuestro centro.

(4) 'Echando una ojeada a la educación tradicional' de 2016 a 2020. Un lúdico y curioso estudio sobre aquello que los estudiantes comprenden acerca de los saberes establecidos desde distintos ámbitos sociales.

El mudéjar es un estilo original y único en el mundo, cuyo especial arraigo y desarrollo en Zaragoza y en Aragón, además de constituir una de las señas de identidad más notables de nuestra comunidad, supone una aportación fundamental a la arquitectura mundial, reconocida por la UNESCO el 14 de diciembre de 2001 al incluir la arquitectura mudéjar de Aragón en la Lista de Patrimonio Mundial que conviene proteger por su carácter excepcional.

Por este motivo y con el fin de que nuestros alumnos conozcan su ciudad, desde hace varios cursos hemos propuesto en primero y segundo de Secundaria la confección de un cuaderno desplegable que recoge vistas y detalles de los monumentos zaragozanos más representativos. Este proyecto convendría ampliarse a todos los puntos cardinales de la comunidad aragonesa por su asombroso y rico patrimonio que nos habla de colaboración, admiración cultural y convivencia entre las personas que habitaron el antiguo reino.

Junto a los dibujos originales de nuestros alumnos se muestran algunas composiciones del ilustrador Francisco Meléndez, empleando la materia prima, a veces más rudimentaria e ingenua, aportada desde el instituto y que se incluye en las páginas de su proyecto colectivo 'Echando una ojeada a la educación tradicional' (Plan de Fomento de la Lectura del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes).

Álbum fotográfico

A la figura de Giorgio Morandi, autor de infinitos bodegones que rozan la abstracción, ya le dedicamos un artículo y una exposición física y digital. En esta ocasión incorporamos nuevas obras, exhibidas el curso pasado en el espacio expositivo inaugurado por Edurne (una de las escaleras de acceso empleada por una antigua compañera de francés para mostrar los caligramas compuestos por sus alumnos).

Se trata de varias reproducciones (más bien interpretaciones) de bodegones del pintor italiano, ejecutadas con ceras blandas de uso escolar sobre papel verjurado, cuyas ricas calidades poco tienen que envidiar a otras técnicas de uso más generalizado y profesional.

Nuestro reconocimiento a los artistas Zhhiyang Cheng, Salma Fannich, Alicia Guo, Cristian Oprea, Irene Pérez y Aaron Saligane de inolvidable recuerdo.

Álbum fotográfico

Los alumnos de Cultura Audiovisual inauguran la exposición “Mariposas rotas” con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y en recuerdo de las hermanas Mirabal, conocidas como las mariposas, asesinadas el 25 de noviembre por el dictador dominicano Trujillo. Se trata de un conjunto de falsas xilografías obtenidas mediante plantillas de papel (fondos de mariposas que recortamos para situar en las cristaleras del instituto el curso 2019-2020). El curso pasado ya abordamos la misma técnica para ilustrar el precioso poema Txoria txori escrito por Joxean Artze, mostrando composiciones de pájaros y tijeras. Muy grata fue la implicación en el proyecto de Alexandru Carán, Lucas García, Lucía Machín y Zoe Soler.

Incorporamos nuevas momias a nuestra exposición digital “Tras los pasos de Howar Carter”, gracias a la buena acogida que encuentra cada año entre nuestros alumnos. Cabe destacar el trabajo de María Ionita (1º ESO B), Lucía Villarte (1º ESO D), Melanie Salazar, Luis David Torres, Pilar Pérez (estos últimos de 2º ESO C), así como el apoyo desde la Zona Joven del instituto de nuestro compañero Fernando.

Agradecemos su acertada adquisición, entre otros premios, de Historias de fantasmas de Japón ilustrado por Benjamin Lacombe (una joyita bibliográfica) para obsequiar a Melanie, autora de la momia de Cleopatra que dispone de un ingenioso resorte.

Como ya viene siendo tradicional, los alumnos de Arte acompañados de su profesora Clara Zamora han asistido al taller de estampación calcográfica, donde hemos imprimido una plancha de la misma época en la que Goya realizó sus series de grabado. A este pequeño y selecto grupo se han sumado los alumnos de Cultura Audiovisual del nuevo bachillerato.

Queda agradecer la atención prestada por estos dos grupos sobre una manifestación que alumbró la invención de la imprenta y democratizó la imagen, dejando de ser patrimonio de las clases privilegiadas.

Los días 22 y 23 de este mes hemos recibido la visita del ilustrador Francisco Meléndez, quien ha propuesto un trabajo de caligrafía a nuestros alumnos de Secundaria con el fin de incluir su labor en una publicación colectiva, dentro del Plan de Fomento de la Lectura. Recientemente, nos regaló un mural didáctico sobre la flauta travesera con dibujos realizados en el instituto, que se exhibió durante unos días en el espacio expositivo de la escalera principal y se ha ubicado definitivamente en el pasillo que da acceso al aula de Música. La colaboración con Meléndez viene ya de lejos (en numerosas ocasiones hemos expuesto trabajos comunes y le dedicamos una exposición de sus libros con fondos procedentes del Instituto Bibliográfico de Aragón).

De este autor, que ha recibido en dos ocasiones el Premio Nacional de Ilustración, además de otros galardones internacionales, nuestra biblioteca atesora varios ejemplares suyos:

El hombre del aire libre de Rafael Gastón (Ayuntamiento de Zaragoza, 1984), el primer libro que tuvo ocasión de ilustrar.

Kikufo Yep-yep Nami-gú (Ikusager, 1992), un divertido y ocurrente manual de antropología.

The Phantom of the Opera de Gaston Leroux (Macmillan Heinemann ELT, 1998) y The Legends of Sleepy Hollow and Rip Van Winkle de Washington Irving (Macmillan Heinemann ELT, 2000), un salto importante al mundo editorial británico.

La cartilla bilingüe Ya me lo sé (2007), que recoge dibujos y textos de niños escritos en español y en el árabe dialectal de Marruecos, el periódico La nieta de Drácula (2008) y la revista Misterios de Chicas (2009), publicaciones estas últimas en la que participaron con aprovechamiento nuestros estudiantes.

Los diarios de Adán y Eva de Mark Twain (Libros del zorro rojo, 2010), cuyas hermosas ilustraciones fueron distinguidas con el Premio Junceda Iberia 2011 otorgado por la APIC (Associació Professional d’illustradors de Catalunya).

Y no tienen un ágora donde cambiar pareces… (Observación de Odiseo, al narrar sus aventuras, sobre los cíclopes).

Una consecuencia de leer El infinito en un junco de Irene Vallejo, ha sido la necesidad de volver la mirada a nuestras raíces culturales, acudir a las fuentes clásicas y recordar el libro de aventuras por excelencia: la Odisea.

Siguiendo nuestro compromiso de promover la lectura a través de autores como Oscar Wilde o Paul Auster, cuyas obras breves recreamos mediante simpáticos dibujos, hemos seleccionado el canto IX del poema épico. Y dejando a un lado los conflictos con los cícones y lotófagos, nos hemos centrado en la peripecia e “idilio” de Odiseo y sus compañeros con Polifemo, personaje rústico y de malas costumbres a pesar de su noble linaje (nada menos que hijo de Poseidón).

Exposición fotográfica

Uno de los proyectos más satisfactorios desarrollados el curso pasado ha sido la ejecución de dibujos y dioramas de inspiración marina dipuestos en una lata de conserva, dando otra vida a este hermoso recipiente. Esta modalidad artística que cobina escenografías en minuatura con la urgente necesidad de reciclar objetos, lejos de ser novedosa, la hallamos en varios comercios zaragozanos (donde se exhiben composiciones de imágenes fotográficas que no son mejores que las realizadas por nuestros alumnos con sus propios dibujos) y cuenta con artistas notables como la barcelonesa Mar Cerdà (merece la pena conocer sus preciosos dioramas que recrean las puertas y portales de la ciudad de Lisboa y Oporto, entre otras obras cercanas al interiorismo).

Nuestro principal punto de partida han sido las ilustraciones firmadas por Edourd Riou que ornan la edición original de JulioVerne, 20.000 leguas de viaje submarino, así como el material didáctivo para componer fondos marinos, elaborado por nuestra antigua alumna Iris Juián (imágenes que también hemos enlatado como modelo de esta propuesta artística)

.Las obras que se ofrecen en esta exposición digital son fruto del talento de Iris Julián, Ainhoa Artal, Fatou Diaband y Somaya Jabali, alumnas a quienes deseamos un venturoso porvenir académico y profesional finalizados sus estudios en nuestro instituto.

Exposición

En este primer trimestre del curso 2022-2023 se cumplen 100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankamón. La azaña la protagonizó el arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter, quien halló intacta, tras más de tres milenios, la cámara funeraria del joven faraón en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor. El acontecimiento alcanzó gran trascendencia en la historia de la arqueología y revitalizó la fascinación por el antiguo Egipto que perdura al día de hoy, inspirando infinidad de películas, novelas y videojuegos.

Tras los pasos de Carter, nuestros jovenes investigadores del IES Grande Covián han descubierto nuevos sarcófagos y sorprendentes momias, que fueron expuestos en la víspera de Todos los Santos, en el llamado “Halloween” egipcio (un antídoto contra tantas series y películas de zombis). La idea corresponde a nuestra antigua compañera de Dibujo Maite González, que nos ha permitido comentar algunas curiosidades de esa civilización, como preámbulo de la propuesta, estableciendo un puente con Geoografía e Historia y alumbrando ya numerosas campañas (la iniciativa la repetimos todos los años). Incluso se ha realizado un concurso en el que han destacado por su originalidad y buena factura los trabajos de Inas Bourouiyasse, Adrián García, Pilar Pérez, Luis David Torres.

Nuestra enhorabuena a todos los participantes que han acogido tan bien nuestra propuesta. 

Haz clic en la imagen para abrir el sarcófago y entrar en la exposición.

Un trabajo habitual en la asigntura de Dibujo es la obtención de texturas, imitando las estructuras y calidades superficiales de elementos naturales y manufacturas. Enlaza nuestro modesto trabajo con las preocupaciones de artistas flamencos al retratar a personajes, generalmente burgueses, vestidos con sus mejores galas y posando en ricos interiores, donde podemos reconocer la madera, el vidrio, el metal y hasta el mejor tejido producido en Flandes durante el siglo XV. Siempre nos asombra El matrimonio Arnolfini de Jan Van Eyck, obra emblemática de la Historia del Arte y ejemplo perfecto para este tema.

El interés por la textura, desvinculado de la representación minuciosa y de la concepción del arte como ventana abierta a la realidad, tiene también cabida en numerosas obras contemporáneas, empleando arpilleras como soporte, aplicando el óleo o el acrílico en ordenados relieves e incorporando nuevos materiales como arena o papel (basta contemplar la producción de Van Gogh o los bodegones cubistas de Picasso o Braque).

Visitar la exposición

Uno de los trabajos propuestos a los alumnos del primer curso de secundaria es una interpretación de Caballo azul de Franz Marc, pintado en 1911, el mismo año en el que Marc y Kandinsky fundaron el grupo expresionista Der Blaue Reiter (El Jinete azul). Se trata de una obra representativa de su producción e ideario romántico, en el que refleja su veneración por el mundo animal como expresión de la pureza, verdad y belleza que no podía encontrar en el hombre, y donde el color, desvinculado definitivamente de la realidad, adquiere una dimensión simbólica (sobre el color azul manifiesta que representa el “principio de lo masculino, austero y espiritual”).

Las obras que mostramos de nuestros alumnos están realizadas con témpera, a excepción del fino trabajo de Iris Julián, que empleó lápices acuarelables. En la elección de colores predomina la relación de complementarios: rojo bermellón-cían y magenta-verde, a los que se añade un tercer color, primario o secundario. Por lo general, cada color se aplica a un motivo: el caballo en azul y el escenario natural en rojo y verde, por ejemplo. No falta un caballo de color amarillo (representante, según Marc, del principio femenino, delicado, jovial y sensual) y verde oliva, obtenido al mezclar el primario con negro en pequeñas proporciones. Contamos también con algún ejemplo de mayor audacia en el que se combinan dos colores diferenciados tonalmente para definir la figura (magenta-verde). Únicamente se mantiene el contraste de luces y sombras que posibilita la representación escorzada del caballo y proporciona, por otra parte, cierta profundidad al paisaje.

Álbum fotográfico

En el curso 2016 iniciamos nuestra primera exposición digital dedicada al expresionismo alemán con reproducciones significativas de algunas obras. A la vez que nuestros alumnos de cuarto se afanaban en obtener el tono preciso en un ejercicio de color, tenían la oportunidad de conocer este movimiento de vanguardia, cuyos postulados artísticos siguen vigentes en el siglo XXI.

Entre esas primeras obras destaca Fränzi ante una silla tallada (1910) de Ernst Ludwig Kirchner, seleccionada por Alicia Sola e interpretada con gran sensibilidad y sentido minucioso. Se trata de una obra representativa de este movimiento artístico por el uso de colores complementarios, la supresión de contornos y un aspecto bidimensional e inacabado que deja visible el lienzo (como aquellas tallas africanas debastadas de manera rudimentaria, tan admiradas por Kirchner). Como curiosidad cabe añadir que la obra se reprodujo en la portada del catálogo publicado con motivo del centenario de la fundación de Die Brücke (El puente, primer grupo expresionista), exposición celebrada en el Brücke-Museum de Berlin.

Igualmente hay que destacar Chica en un sofá verde del mismo año, firmada por Max Pechstein, cuya copia ejecutó con gran maestría Andrea Burnar. Sobre esta obra hemos de comentar que pese a los años transcurridos no ha perdido frescura y modernidad. La modelo representada, una joven-anciana de ciento diez años, podría ser cualquier adolescente recostada en el sofá de casa, acompañada de su mascota.

“El arte mudéjar es una consecuencia de las condiciones de convivencia de la España cristiana medieval, siendo, por tanto, la más genuina expresión artística del pueblo español, una creación cultural radicalmente hispánica, que no encaja en la historia del arte islámico ni en la del occidental, porque se halla justamente en la frontera de ambas culturas.”

Gonzalo M. Borrás Gualis


Una experiencia docente que hemos iniciado este curso es la confección de un cuaderno desplegable que recoge vistas y detalles de los monumentos zaragozanos más representativos del arte mudéjar. Se trata de promover, como ya viene haciendo el Departamento de Geografía e Historia, el conocimiento de la ciudad y de las importantes obras artísticas que alberga, generando un sentimiento de especial arraigo y tolerable orgullo entre nuestros alumnos.

El recorrido lo hemos iniciado en la iglesia de San Miguel de los Navarros, en cuya plaza desemboca la avenida Miguel Servet, una de las vías principales que comunica el barrio de Las Fuentres con el centro de la ciudad. Además de representar el templo parroquial, hemos dibujado la celosía que vela uno de los vanos del ábside y proporciona singularidad a este monumento. Ejecutada en yeso a partir de una red hexagonal, la distribución de formas poligonales es similar a la que cubre dos ventanales geminados de la pequeña mezquita de la Aljafería. Aludimos a esta influencia para explicar el arte mudéjar que tiene origen en el arte islámico y se desarrolla en una sociedad en la que cambian los promotores y las necesidades constructivas. Así, el oratorio árabe fue encargado por una autoridad musulmana en el siglo XI, mientras que el actual templo parroquial fue erigido en el siglo XIV por iniciativa cristiana. Analizamos también los paños romboidales del ábside o el motivo de lacería formando octógonos que enmarca los arcos geminados y apuntados de la torre.

Una aportación destacable al conocimiento y divulgación del arte japonés es el libro titulado Katsushika Hokusai. Manual de Dibujo abreviado (Sans Soleil Ediciones, 2018). Se trata de un facsímil de la primera cartilla para aprender a dibujar del maestro nipón, publicada en 1812, que cuenta con un ameno prólogo y concienzudos comentarios de las láminas escritos por David Almazán (profesor de Arte de Asia Oriental en la Universidad de Zaragoza), quien también se ha hecho cargo de la cuidada edición. En sus páginas se sucede un amplio repertorio de motivos habituales del arte nipón, mostrando el dibujo definitivo y su estado inicial, de aspecto esquemático y reducido a formas geométricas, que permite a incipientes dibujantes percibir con mayor claridad las formas y calcular sus proporciones, procedimiento bastante común en este tipo de manuales.
Esta vocación didáctica de Hokusai no deja de sorprendernos y viene a enriquecer una trayectoria artística dedicada al ukiyo-e («escenas del mundo flotante» o del mundo de las diversiones en palabras de David Almazán) que abarca diversos géneros (retratos de actores del teatro kabuki, de geishas y otras mujeres hermosas, representaciones de flores y pájaros, paisajes famosos…), destacando sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji (1826-1833), serie en la que se incluye La gran ola de Kanagawa, sin duda su obra más conocida y emblema de la cultura nipona.
Al observar las composiciones geométricas, resulta inevitable establecer un nuevo vínculo con las primeras vanguardias del siglo XX que proponían una figuración alternativa como el Cubismo, o con artistas adscritos al Constructivismo (por ejemplo Popova o Rodchenko), amén de la ya conocida relación entre la estampa japonesa y los artistas del impresionismo y postimpresionismo. Esta depuración de las formas, propugnada ya por Cèzanne, encuentra su máxima expresión en la famosa vaca de Theo Van Doesburg, quien partiendo de un boceto de aspecto mimético, transformaba el modelo hasta llegar a una abstración de formas ortogonales (mención tomada de Alejandro Ratia al tratar y presentar el libro de Hokusai en Heraldo de Aragón).
Todas estas láminas resultan inspiradoras para nuestra actividad docente, dejando a un lado la figuración realista tamizada por la mirada de Hokusai, que nos permiten abordar ejercicios de tangencias y enlaces, triángulos, cuadrilateros, polígonos regulares, óvalos y ovoides… y asomarnos, al mismo tiempo, al arte de las primeras vanguardías y al arte japonés, tan bien representado en el Museo de Zaragoza gracias al legado de don Federico Torralba.
Un primer trabajo ha sido la reproducción de una garza en vuelo compuesta por rombos, aplicando una escala gráfica, que nuestros pequeños-grandes artistas han pintado y ornado libremente. Destacaremos los hermosos diseños de Federica Aflorei, Victor Alaver, Cristina Baciu, Izarbe Jariod, Alexandra Serbán, Lucía Valiente, Alicia Villoria y Wu Hao.
Como complemento informativo, conectando con nuestro tiempo y ciudad, hemos de mencionar la obra del ilustrador Alberto Gamón, quien ha optado por una figuración esquemática con tendencia a las relaciones ortogonales. Sus llamadas “gamonadas” merecen nuestra atención como ejemplo de talento que enlaza con una tradición pictórica renovadora.


 

En la escalera de Edurne o de los caligramas (espacio expositivo inaugurado por nuestra compañera de francés hace algunos años) y compartiendo espacio con un mapamundi musical, se han expuesto diversas viñetas y textos caligrafiados que ilustran y se inspiran en El príncipe féliz de Oscar Wilde. Se trata de una proyecto realizado por nuestros alumnos de 2º de ESO, que ya tiene un largo recorrido, pues la lectura del dramaturgo irlandés siempre resulta motivadora y ayuda a vencer el vértigo que provoca la hoja en blanco a la hora de dibujar, que en esta ocasión hemos adaptado a una propuesta del Departamento de Inglés titulada “Living by the river”.

Uno de los rasgos geniales del texto es la combinación de recados caritativos encomendados por el príncipe a la golondrina y la descripción, llena de lirismo y desbordante fantasía, de Egipto y su mítico río. Precisamente, hemos querido rescatar la parte onírica del cuento para componer frases originales, pronuciadas presumiblemente por la golondrina, referidas al río Nilo y caligrafiadas siguiendo diversos modelos tipográficos aportados por el ilustrador Francisco Meléndez. Los textos redactados se han distribuido siguiendo el curso medio e inferior del Nilo, componiendo un amplio delta. Gravitando en la cuenca se han situado las viñetas que narran detalladamente el cuento, desde el idilio de la golondrina con el junco hasta la entrada de los protagistas en el paraíso.

Ya por último, nuestro reconocimiento a Claudia Gabás, Cristina Baciu, Rim Chouki, Elena Haro, Lashuana Mavakala, Sandra Matusa, Benedi Munduku, Alejandra Pérez, Angelina Potosi, Alexandra Serbán y Ángela Yang, entre otros artistas de memorable trayector.

“Algunas de sus obras deben quedar entre las que han constituido el enriquecimiento de la humanidad por el arte.” (René Huygue, El Arte y el mundo moderno)

Así de contundente se expresaba el historiador del arte en ese manual clásico al abordar la figura de Giorgio Morandi (Bolonia,1890-id, 1964), singular pintor y grabador figurativo que conjugó la tradición con planteamientos artísticos muy novedosos cercanos a la abstracción. En su juventud descubrió a los precursores y grandes maestros del Renacimiento italiano (Giotto, Masaccio, Piero de la Francesca, Paolo Ucello), cuya influencia, al igual que la ejercida en otros pintores del Novecento (que propugnaban el retorno a la esencia del arte italiano), se advierte tanto en la disciplinada representación de las formas como en la claridad de sus composiciones. No olvidemos otros ecos procedentes de la Escuela de Bolonia, de los artistas del Siglo de Oro español, especialmente de Zurbarán, y de Jean-Baptiste Simeón Chardin, a quien admiró abiertamente. Del maestro francés, "Morandi encontró a alguien verdaderamente equivalente en la historia, a quien le preocupaban las mismas cuestiones: el primero que abordó el tema de la pintura en sí misma a través de un género específico -la naturaleza muerta- con el fin de comprender todo su potencial".

Buena parte de su temática son bodegones compuestos por objetos de extremada sencillez, que aproximan su obra también a la de Cezanne y, especialmente, a la de Giorgio de Chirico, con el que mantuvo vínculos amistosos y artísticos (algunas obras de juventud se adscriben a la Pintura Metafísica). Los motivos representados son, por lo general, cajas, tazones, cuencos o escudillas, vasos, botellas y jarras, utensilios de la vida cotidiana con los que genera “una especie de grave y silenciosa meditación”. Podemos establecer un parangón entre las formas puras de Morandi y las escenografías del creador de la Pintura Metafísica, que revelan una nostálgica atracción por la eterna belleza de las formas exactas.

Muy interesante es su evolución pictórica, en la que se suceden obras de modelado clásico y de claroscuro inapreciable que reivindican el aspecto bidimensional de la tela, de paleta terrosa, casi monocroma, y de una variedad tonal, con audaces combinaciones que recuerda la pintura de Vermer (maestro citado por René Huygue al tratar la figura de Morandi).

Otro aspecto a destacar es su importante actividad como grabador que había iniciado en 1912, donde deja patente su interés por las formas precisas y desarrolla un lenguaje gráfico de combinación y disposición de trazos muy personal. Sobre esta faceta, hemos de señalar que entre 1930 y 1956 fue profesor de grabado al aguafuerte en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal.

Tras esta introducción a la figura de Morandi queremos mostrar nuestra admiración con algunas copias e interpretaciones de sus pinturas y grabados realizadas por alumnos de cursos pasados, mediante témperas, collage o un simple rotulador de punta fina. Destaquemos las aproximaciones pictóricas de Aysa Ejaz, Laura Ronda, Marta Gómez, Ana Montuenga y Lisa Xiang. La obra gráfica está representada por Iris Julián y Marta García que emplean un trazo desenvuelto, fiel al modelo original. En definitiva, todos estos trabajos suponen un acercamiento imborrable a uno de los grandes maestros del siglo XX.
 

Inauguramos una nueva exposición digital que recoge obras de algunos de nuestros jóvenes artistas que han interpretado Los tres músicos de Picasso, óleo pintado en 1921 que se expone en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Forma pareja con otra pintura del mismo tema ejecutada también el mismo año, aunque perteneciente al Museo de Arte de Filadelfia. En palabras de Fiorella Minervino "es la obra maestra del cubismo sintético, la obra que suma y condensa la trayectoria de creación, innovaciones y experiencias personales que absorben a Picasso en el periodo cubista". Ambas obras se caracterizan por el esquematismo de las formas, el predominio de las grandes superficies y el uso de una paleta más rica con presencia de tonos puros.

Sobresale la armónica distribución de marrones, rojos, amarillos y azules que proporciona a las pinturas un aspecto dinámico, así como el tratamiento de algunos planos sugiriendo texturas, que guarda una relación estrecha con otras obras cubistas de ese periodo, en las que Picasso incorpora la técnica del papier collé.

En la pintura del Museo de Arte Moderno de Nueva York reconocemos personajes de la Comedia del Arte: Arlequín en el centro de la composición tocando la guitarra, flanqueado por Polichinela, quien sujeta un oboe o clarinete y tiene un perro bajo sus pies, y un enigmático fraile que muestra una partitura y parece cubrir su rostro con una máscara africana.

Sobre esta obra nuestros alumnos han realizado diferentes versiones (una concepción de la creación plástica bastante frecuente en la historia del arte moderno), empleando el collage al igual que Picasso y otros autores de las Vanguardias, que se suman a las hermosas imágenes de algunos compañeros realizadas en los últimos años y que hemos mostrado al proponer este trabajo. Recordemos los nombres de Eduardo Carruez, Paula Solans, Raquel Valej, Alejandra Vicente y Andrés Villoria.

A la hora de seleccionar, recortar y combinar texturas visuales establecemos unas reglas a modo de juego, aplicadas con cierto rigor y que, en la fase inicial del trabajo, se pueden alterar dependiendo de los hallazgos inesperados y de las azarosas combinaciones que sugiere o permite el material disponible.

Queremos celebrar el Día de la Paz mostrando una de las obras grabadas más hermosas y sugerentes de Picasso. Se trata de una aguatinta realizada en noviembre de 1934, que se caracteriza por un potente claroscuro obtenido gracias a una mordida prolongada y profunda, donde las luces se obtienen, sobre todo, mediante bruñidos y rascados. Esta particularidad técnica acerca la obra a la manera negra.

El tema que representa es el del minotauro, criatura mitológica con la que parece identificarse el propio artista, que se erige en símbolo del impulso instintivo, irracional y violento. En esta ocasión se nos presenta ciego y desvalido, apoyado en un bastón y conducido por una niña que sostiene una paloma blanca y en la que reconocemos el rostro cubista de su musa Marie-Thérèse. Frente a estos personajes observamos a un joven marinero, en actitud reflexiva, así como a dos pescadores, postergados y en una embarcación, arriando las velas y recogiendo la red respectivamente. Los personajes se sitúan en un puerto bajo un cielo estrellado que alumbra la escena.

A la misma cronología pertenecen, al menos, otras tres obras que tratan el mismo tema abiertas al aguafuerte y buril, que presentan una factura muy innovadora (Picasso incorpora al lenguaje gráfico los errores del principiante al abordar por primera vez la técnica de incisión indirecta).

La estampa pertenece a la llamada Suite Vollard compuesta por noventa y siete cobres seleccionados por el propio Picasso, que habían sido grabados en seis años, entre septiembre de 1930 y junio de 1936. El título ha hecho creer erróneamente que toda la serie fue encargada por Ambroise Vollard, marchante que ya había adquirido obras del período azul y rosa y se convertiría en importante editor de su obra gráfica. Esta larga y heterogénea serie puede clasificarse en dos grupos predominantes: “El escultor en su estudio” y “El minotauro”, a los que se añadieron los retratos del marchante para redondear el número y ofrecer una colección de cien estampas. Al examinar la serie observamos grabados de línea pura, así como estampas que presentan líneas de contorno junto a detalles elaborados con sabias combinaciones de trazos que recuerdan pruebas de estado de Rembrandt, quien aparece también como protagonista de algunos grabados.

La imagen que reproducimos es un dibujo de nuestro alumno Costantin Cirstea, un ejercicio de proporción y claroscuro, encomendado con el propósito de familiarizar al copista con la libertad representativa de Picasso. Sirva también el tema que recoge el mito griego de homenaje al profesor Jesús Ferrer que tantos ovillos de hilo ha prestado durante estos años para salir del laberinto.

 

Desde hace tiempo seguimos con mucho interés la obra de Ignacio Ochoa, por tratarse de un autor cuyo sello inconfundible le brinda un lugar destacado entre el elenco, dicho sea de paso, de extraordinarios ilustradores aragoneses de las últimas décadas, y por haber sido alumno nuestro, del que recordamos su entusiasta vocación artística que le ha permitido abrirse camino en el difícil campo de la ilustración.

En esta ocasión recomendamos el libro Ilustrísimos de aquí (a disposición en la biblioteca Félix Romeo de nuestro instituto), que recoge treinta biografías de personajes aragoneses, desde Alfonso I hasta Xavi Aguado, pasando por Miguel Servet, Goya o Luis Buñuel. El libro escrito por Michel Suñén presenta un tono desenfadado y ameno, que conecta perfectamente con los alumnos más jóvenes y, por supuesto, está dirigido también al público adulto. Estas semblanzas se acompañan de dos o tres ilustraciones, realizadas a dos tintas, entre las que destacan las dedicadas a José Antonio Labordeta, representado con expresión tierna en su faceta de cantautor, de parlamentario o de viajero, esta última, seguramente, de carácter simbólico al servir de colofón al texto.

Aprovechando la proximidad de las fiestas navideñas queremos recomendar la lectura de Canción de Navidad de Charles Dickens, concretamente la cuidada reedición de Kalandraka ilustrada por el italiano Roberto Innocenti, uno de los autores con mayor proyección internacional que en 2008 recibió el Premio Hans Christian Andersen (el denominado “Pequeño Premio Nobel” de la narrativa infantil).

Entre los álbumes ilustrados de la biblioteca Félix Romeo deseamos destacar una biografía de Ana Frank escrita por Josephine Poole e ilustrada por Angela Barret, prestigiosa y versátil autora de nacionalidad inglesa. Esta obra narra magistralmente la historia de la niña judía desde su nacimiento hasta la aparición del famoso diario, tras su muerte en un campo de concentración. Al mismo tiempo se exponen las circunstancias sociales que permitieron el ascenso del partido nazi al poder, así como la terrible segregación y exterminio que padeció la población europea de cultura y origen judío. El libro se completa con un breve escrito sobre la repercusión que ha alcanzado el diario, así como una relación cronológica desde 1918 a 1980, en la que se intercalan acontecimientos familiares e históricos hasta la muerte de Otto Frank, padre de Ana.

Nada parecía bastar a Mr. Boisset, y una vez que obtenía gloria en alguna región del planeta, movido de su espíritu inquieto marchaba luego a otro donde no le conociesen; ya que la fama, solía decir, granjea demasiados compromisos sociales (Aventuras de Mr. Boisset, Biblioteca de Lastanosa, 1993).

Uno de los ilustradores más singulares de las últimas décadas es Francisco Meléndez (Zaragoza, 1964), autor de una amplia y brillante producción en la que se advierte un espíritu creativo muy inquieto, ajeno a las modas y atento, más bien, a una tradición gráfica nada convencional. Poco dado a explotar aquellos hallazgos estilísticos con los que ha alcanzado el éxito, desde muy joven ha desarrollado un trabajo en constante evolución, en el que mantiene un sello inconfundible.

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