Uno de los trabajos propuestos a los alumnos del primer curso de secundaria es una interpretación de Caballo azul de Franz Marc, pintado en 1911, el mismo año en el que Marc y Kandinsky fundaron el grupo expresionista Der Blaue Reiter (El Jinete azul). Se trata de una obra representativa de su producción e ideario romántico, en el que refleja su veneración por el mundo animal como expresión de la pureza, verdad y belleza que no podía encontrar en el hombre, y donde el color, desvinculado definitivamente de la realidad, adquiere una dimensión simbólica (sobre el color azul manifiesta que representa el “principio de lo masculino, austero y espiritual”).

Las obras que mostramos de nuestros alumnos están realizadas con témpera, a excepción del fino trabajo de Iris Julián, que empleó lápices acuarelables. En la elección de colores predomina la relación de complementarios: rojo bermellón-cían y magenta-verde, a los que se añade un tercer color, primario o secundario. Por lo general, cada color se aplica a un motivo: el caballo en azul y el escenario natural en rojo y verde, por ejemplo. No falta un caballo de color amarillo (representante, según Marc, del principio femenino, delicado, jovial y sensual) y verde oliva, obtenido al mezclar el primario con negro en pequeñas proporciones. Contamos también con algún ejemplo de mayor audacia en el que se combinan dos colores diferenciados tonalmente para definir la figura (magenta-verde). Únicamente se mantiene el contraste de luces y sombras que posibilita la representación escorzada del caballo y proporciona, por otra parte, cierta profundidad al paisaje.

Álbum fotográfico