La chica salvaje
Buenas tardes navideños miembros del club, en estos entrañables días me dirijo a vosotros para informaros que, ya tenemos un autor, y que está dispuesto a venir a nuestra reunión; Fernando Jiménez Ocaña por tanto nos leeremos uno de sus libros; El tesoro de Espoz y Mina, una curiosa novela que revela los entresijos del rastro de Zaragoza, con una narrativa atractiva, ágil y unos diálogos costumbristas, que nos sitúan en la propia calle Predicadores.
Pero ahora toca hablar de la democrática sesión que tuvimos el 16 de noviembre; democrática porque todos tuvimos que trabajar y hablar sobre un determinado tema del libro, La chica salvaje de Delia Owens. Empezó la sesión Carmen Bernal maravillándonos con el exhaustivo análisis sobre la flora y fauna de la marisma de Carolina del Norte, lugar en el que se basa la narración, recogiendo más de 200 especies de animales y apuntando que la obra es un gran catálogo de plantas.
Rosa Gálvez desarrolló el tema de la soledad, calificándola como el motor de la vida de Kya, y terminando su exposición con una significativa cita; “La soledad es un buen sitio para encontrarte pero no para quedarse.”
Mis capaces compañeras de lengua, mostraron una gran valentía al calificarla como novela de entretenimiento, sin mucho interés más allá del costumbrista, en donde los personajes no evolucionan a lo largo de ella. Aunque sí, añadieron la importancia que tiene la simbología de los zapatos en la obra, uniéndola de esta manera con el clásico de nuestras letras; El Lazarillo de Tormes.
Los jubilados de historia, pero no de sabiduría, nos ilustraron con la vida de estos esclavos escapados de EEUU; los cimarrones, refugiados en estos páramos fundaron auténticas comunidades. Perseguidos por los rancheadores, fueron objeto de caza como si de simples animales se trataran. Cabe lamentarse de los pocos estudios que hay sobre este tema en América, tan solo La cabaña del tío Tom de Harriet Beecher, se hace eco de la situación de estos esclavos africanos. Luis habló sobre la educación tribal, tan necesaria para la formación de buenos ciudadanos y que, hoy en día, se echa tanto de menos. Luego nos recomendó varios libros que anoto a continuación; Armas, gérmenes y acero de Jared Diamond, Otros mundos de Thomas Holliday y La invención de la Naturaleza de Andrea Wulf. Pilar nos apuntó la hipocresía de toda sociedad avanzada sobre todo en sus leyes; como la denominada Ley de Jane Croft, que se resume en la máxima de “Iguales pero separados”.
Las siempre en forma profesoras de Educación Física nos señalaron la importancia de los cambios físicos en la adolescencia, que la OMS fecha de los 12 a los 18 años. Unidos a estos cambios Isabel Jardón elaboró el tema de los amores de la protagonista que, a pesar, de criarse en la marisma, cumple el consabido tópico de las películas americanas, de enamorarse del waterback del pueblo.
Finalmente, por desgracia no dio tiempo para otros temas, nuestras eficaces compañeras de matemáticas, nos hicieron un esclarecedor análisis sobre el final de la obra, centrada en el juicio que sufre Kya acusada de matar al waterback. En el que se repiten los clichés que desarrolla la novela; el abandono, la importancia de la Naturaleza y el rechazo social.
Por último, reiterar mi agradecimiento a los miembros del club que no pudieron venir por diferentes causas y sobre todo a aquellos, que, desinteresadamente, nos regalaron su tiempo y sabiduría.
Sin nada más que añadir os emplazo para la próxima reunión a finales de febrero.
Sed buenos y empezad este nuevo año como si fuera el primero, o mejor, el vigésimo. jeejeje